Hombre sediento
Un hombre, sin fuerzas, viene arrastrándose por el desierto y gritando:
¡Agua! ¡Agua! ¡Agua!
De pronto ve una tienda en medio del desierto. Se arrastra como puede y le dice al vendedor:
¡Agua! ¡Deme agua! ¡Me muero! ¡Por favor!
El vendedor le responde:
Amigo, no tengo agua, pero vendo corbatas. Mire, tengo de varios colores, diseños y dibujos.
El hombre le dice:
¡Diablos! ¡Yo necesito agua!
El vendedor le insiste:
Ya le dije que no tengo agua. Mire las corbatas, muy baratas. Acepto tarjetas y cheques.
El hombre, casi muerto, le repite:
¡Aguaaaa!
El vendedor le dice:
Como a 8 kilómetros hay un restaurante. Ahí le pueden dar agua. Pero, cómpreme una corbata, por favor.
El hombre no quiso escucharlo más y se arrastró durante todo un día hasta llegar al restaurante. Con sus últimas fuerzas le dice al portero:
¡Agua! ¡Me muero! ¡Aguaaa!
Y el portero le dice:
Amigo, le daría el agua, pero es que no puede entrar sin corbata.